Por Frank Moreno, Senior Director Marketing & Distribution Development Latam de Generac
Cada día se escucha con mayor frecuencia acerca de temas relacionados a nuevas tendencias y tecnologías en apoyo a los procesos de toma de decisiones rápidas y eficaces dentro de las empresas. Un ejemplo de esto sucede en la planta de producción, donde tendencias como el IoT (Internet de las cosas) están tomando mayor relevancia en todo el negocio.
Actualmente, en Perú recién el 15% de las empresas se encuentran probando alguna tecnología IoT, mientras que en Chile sus beneficios ya se aprecian impactando varios sectores e industrias siendo una de ellas la manufacturera, donde se podría aumentar la productividad en 30% con la automatización de procesos y técnicas más flexibles de producción.
Todos estos cambios tecnológicos y nuevas tendencias tienen algo en común: la energía, la cual es el ingrediente necesario para que todas estas herramientas y procesos tecnológicos funcionen. Las pérdidas por problemas en el suministro de energía eléctrica pueden ser inmensas y ocasionar retrasos en los procesos productivos, lo que implica un problema grave a las empresas ya que puede resultar mucho más costoso detener la producción.
Si bien los problemas meteorológicos y los relacionados con el mantenimiento de las redes son los principales problemas, la creciente demanda de energía eléctrica también debe preocupar. Datos hasta 2016, indican que la producción eléctrica en el Perú se triplicó en los últimos 20 años, alcanzando los 51,647 GWh. ¿Las compañías están realmente preparadas para los problemas que pudieran suscitarse ante la demanda energética de las nuevas tecnologías y problemas en las subestaciones eléctricas?
En este contexto cobra importancia el hecho de contar con generadores de energía de respaldo para aplicaciones críticas, tal es el caso de las nuevas tecnologías empleadas por las fábricas que están impulsando un crecimiento en la industria manufacturera. La falta de energía genera pérdida de ingresos y, en algunos casos, hasta podría significar un daño irreparable a la reputación comercial de las organizaciones.