La presidenta de la compañía para América del Sur, Tania Cosentino, protagoniza iniciativas que garanticen la obtención de metas locales y regionales en esta materia.
Lima, Perú.- La presencia de mujeres en el mercado laboral, incluyendo posiciones de liderazgo y con salarios equivalentes a los hombres para cargos similares, es uno de los temas principales para este 8 de marzo, fecha que celebra el Día Internacional de la Mujer. Este desafío es una de las prioridades para Tania Cosentino, presidenta de Schneider Electric para América del Sur, especialista a nivel mundial en gestión y automatización. Con presencia en más de 100 países, la firma viene implementando e impulsando una transformación en sus políticas de inclusión y género que sirven como modelo para un sector, tradicionalmente, masculino. Considerando la línea evolutiva de las mujeres que ocupan posiciones de liderazgo, en Brasil el 8% no sale de casa, mientras que en Schneider Electric la cifra de mujeres en posiciones de liderazgo en el país llega a un 25%.
“Las estimaciones dicen que tomará 100 años para alcanzar la equidad de género en posiciones de liderazgo. No podemos esperar tanto. Debemos trabajar, internamente y externamente, en la concientización de empresas, ejecutivos y jóvenes para atraer a más mujeres al mercado laboral, mostrando de forma efectiva que todas pueden llegar a altos cargos y la transformación social y económica que esto conllevará.”, asegura Tania Cosentino. “Estudios confirman que la equidad de género trae consigo mejores resultados financieros para las empresas. Asimismo, la diversidad genera más innovación y lograr una equidad en los diferentes mercados, sería el equivalente a inyectar los PIB de China y Estados Unidos a la economía mundial”, agrega la ejecutiva.
Como activista influyente en el debate de género, Tania afirma que es necesario, y posible, acelerar este cambio en el mercado. Los números obtenidos por la compañía durante su gestión reflejan esta situación. Con el objetivo de superar el 42% del total de contrataciones femeninas durante el 2016, la compañía busca acelerar el proceso de igualdad de género en el mercado laboral. En América del Sur, esta cifra ya ha alcanzado el 48%. En la región, las mujeres ocupan el 33,5% de los colaboradores y sólo ocupan el 24% de los puestos directivos.
En este contexto, la participación de los hombres en este debate y el rol de los padres en la deconstrucción de los estereotipos son dos claves en la estrategia para el cambio, dice Cosentino. Esto, porque aún son los hombres quienes, en la mayoría de los casos, contratan o ascienden al personal de las empresas. El sesgo inconsciente es otra de las barreras a destruir. “Las mujeres están expuestas desde la infancia a los mensajes que refuerzan y perpetúan una imagen de fragilidad, la importancia de la belleza por sobre la inteligencia; mientras que los niños reciben mensajes que refuerzan la inteligencia y el poder, y se valen de arquetipos de héroes y guerreros. En la adultez, estos mensajes continúan presentes en el subconsciente de la mujer y pasan a ser parte de su sistema de creencias, haciendo esta tarea más difícil”.
La transformación que ha sido promovida dentro de Schneider lleva consigo iniciativas integradas. Internamente, los compromisos locales han sido reforzados. Además de aprovechar la contratación de mujeres, la empresa dedica recursos financieros para garantizar una igualdad de remuneraciones entre hombres y mujeres en posiciones similares, apoyando de la misma forma al grupo de mentores para trabajadoras con potencial de asumir posiciones de liderazgo. Asimismo, la firma evalúa periódicamente la evolución del female talent pipeline de la región, buscando siempre tener un hombre y una mujer como finalistas en el proceso de selección de posiciones claves.
Se construyó una cultura inclusiva basada en la igualdad de trato de todos los empleados, cuidando su seguridad, la salud y promoviendo oportunidades para todos, que son los pilares del Código de Ética de Schneider. Igualmente, para no dejar lugar a dudas a cualquier preconcepto en la empresa, se creó un canal de denuncias anónimas para malas prácticas.
Schneider forma parte de Impact (10x10x10), un grupo de empresas, universidades y gobiernos que actúan en pro de las políticas de igualdad de género. Asimismo, se firmó un acuerdo con HeForShe –programa de ONU Mujeres y la iniciativa de Global Impact- y con WEP (Women Empowerment Principles)– otra iniciativa de la ONU. Tania es miembro del Women Advisory Board Schneider Electric, integra el Consejo de Líderes de CEBDS para la Sustentabilidad (Red de Mujeres Brasileñas Líderes por la Sustentabilidad) y forma parte de la Plataforma de Liderazgo Sostenible. Esta última iniciativa reúne a 60 ejecutivas brasileños y tiene como objetivo formar líderes sostenibles, la cual se está expandiendo a otros países de América del Sur.
Schneider también integra los frentes de las actividades, internas y externas, como un asociado de ONU Mujeres para la concientización en la cadena de suministros y estableció proyectos de empoderamiento de las mujeres con el programa de Acceso a Energía de la Compañía.
La presencia de las mujeres en el mercado laboral, ocupando posiciones de liderazgo, con salarios iguales a los hombres son compromisos de Schneider Electric, especialista global en gestión de la energía y automatización, en los más de 100 países en los que opera. La presidenta de la empresa para América del Sur, Tania Cosentino, ha llevado durante cuatro años una transformación de toda la región para promover la diversidad.
Con el objetivo de superar el 42% del empleo en el año 2016, la empresa busca acelerar la igualdad de género en el mercado laboral. En América del Sur, este ínidce alcanza el 48%. En la región, las mujeres representan el 33,5% de los colaboradores y ocupan el 24% de los puestos directivos.