El número de empresas que apuestan por contratar un servicio de facturación electrónica en Perú ha crecido un 13% en lo que llevamos de año.
Apoyarse en un tercero de confianza favorece la mejora de las relaciones comerciales, la optimización de los procesos internos, y permite una reducción en los costes.
Lima, Perú- Según un estudio realizado por Seres, pionero y especialista en servicios y soluciones de intercambio electrónico seguro de documentos, si a finales del 2014 el 68% de las empresas peruanas consultadas pensaba desarrollar un sistema propio de facturación electrónica y el 32% restante se decantaba por utilizar un servicio de facturación externo facilitado por un operador; en apenas unos meses –desde enero de este año- la situación ha cambiado, creciendo el número de empresas que optan por un servicio externo y pasando a suponer el 45% de los consultados.
De esta manera el número de empresas que apuestas por contratar un servicio de facturación electrónica en el Perú ha crecido en 13% en lo que va del año.
Y es que al día de hoy la factura electrónica es obligatoria en Perú y, por ello, las empresas deben de implantar proyectos que permitan enviar electrónicamente las facturas a la SUNAT para su validación. Pero, implantar la facturación electrónica con la finalidad única de cumplir con la obligatoriedad no es suficiente. “Un modelo básico –según Carlos Velamazán, director de la Unidad de Negocio de Latinoamérica de Seres-, que se limita a cumplir con la obligación de envío a la SUNAT, y que sustituye el papel impreso por un documento electrónico, apenas aporta valar añadido a las empresas, ni ofrece la posibilidad de reducir costes y mejorar los procesos de gestión, que son el sentido último de la facturación electrónica.”
Para cumplir con la normativa, las empresas peruanas pueden elegir entre tres opciones, pero no todas permiten que la facturación electrónica aporte un beneficio adicional a la empresa. La primera opción es acometer un desarrollo interno, “que supone una puesta en marcha lenta y altos costes de los recursos internos implicados en el proyecto.” La segunda opción es comprar un software “algo que está fuera de la tendencia del mercado y que requiere mantenimientos de equipos, con un coste elevado derivado de las adaptaciones y actualizaciones.” La última opción es contratar un servicio “aquí la puesta en marcha y la actualización a los cambios es inmediata y el desembolso por el servicio contratado es económico, al basarse en cuotas.”
Ventajas de contratar un servicio
Según Seres, contratar un servicio ofrecido por un operador tiene un fuerte valor añadido, ya que la implantación de este tipo de proyectos, apoyados en un tercero de confianza, brinda la posibilidad a las empresas de formar parte de un nuevo canal de comunicación que mejora tanto los procesos internos del negocio como las relaciones con los socios. Un servicio de factura electrónica permite el seguimiento y la trazabilidad de los documentos emitidos, conociendo su estado (enviado, validado, abierto…), además de posibilitar la aprobación de las facturas de forma ágil, optimizando la gestión de la tesorería y posibilitando una mejora en la toma de decisiones.
Por otro lado, en la mayoría de las empresas, la emisión de facturas es una tarea tediosa relacionada con la recopilación de la información para facturar que principalmente se acumula en los Sistemas de Información o ERP de la compañía o, en el nivel más básico, en diferentes documentos de ofimática. La emisión electrónica de estos documentos permite un ahorro estimado del 67%, ya que se reducen los costes en la manipulación de papel, el recuerdo de los pagos, la gestión de la tesorería, el archivo de los documentos, etc.
De igual manera, la contratación de un servicio de factura electrónica permite no sólo la emisión de los documentos sino también la recepción de los mismos. En este sentido, con la recepción electrónica de las facturas, los costes estimados para su introducción en los sistemas internos, validación y macheo, gestión de pago, archivo, etc. también se reducen drásticamente, permitiendo un ahorro del 65% de los costes.