Cuando la fama no es tan dulce
El mundo es un reality show y a veces no podemos resistir la oportunidad de tener nuestro momento de fama. Publicamos fotos chistosas de nosotros mismos para entretener a nuestros amigos y seguidores, y frecuentemente publicamos fotos y videos de nuestros niños con el mismo fin. De hecho, Facebook, Instagram y YouTube han pasado a reemplazar a los enormes álbumes de fotos del pasado. Sin embargo, cuando antes compartíamos estas anécdotas con personas específicas, hoy en día las imágenes que publicamos en nuestros perfiles pueden ser vistas por miles o hasta millones de personas.
Por lo general, cuando estamos en este estado de ‘celebridad’, no aplicamos ninguna configuración de seguridad ya que no buscamos la privacidad – básicamente queremos que todos se derritan viendo a nuestros pequeños. Desafortunadamente, no funciona de esta manera.
“En esencia, las redes sociales han hecho que sea fácil compartir nuestras vidas, momentos y recuerdos en nuestros perfiles. La desventaja es que resulta tan fácil que no nos tomamos un momento para pensar con quién en realidad estamos compartiendo nuestra información”, advierte Dmitry Bestuzhev, Director del Equipo de Investigación y Análisis para Kaspersky Lab América Latina. “Si bien nuestras fotos vergonzosas antes solo podían ser utilizadas en nuestra contra en grupos cerrados, hoy en día las fotos pueden ser usadas contra nuestros hijos en Internet por cualquier persona que dé con nuestros perfiles en las redes sociales”.
El experto hace hincapié de que lo que se comparte en Internet vivirá en el ciberespacio para siempre y por ende los padres deben evitar publicar cosas que podrían perjudicar o avergonzar a sus hijos en el futuro.
Con el fin de crear conciencia y evitar futuros malos ratos, los expertos de Kaspersky Lab ofrecen cuatro consejos que los padres deben considerar antes de compartir imágenes y videos de sus hijos en las redes sociales:
- No tengas un perfil público
Si tienes un perfil público de Facebook, YouTube o Instagram, estás invitando a todo el que tenga conexión a Internet a ver todas tus fotos y videos. Para evitar esto, limita el acceso a tu contenido a la gente con la que de verdad tienes contacto. También puedes cambiar la privacidad de cada publicación además de cambiar lo que la gente puede ver, algo especialmente recomendable para el contenido que involucra a menores.
- No comparta fotos de los hijos de otras personas
Hay mucha gente que comparte fotos de grupos en las redes sociales. Pero, ¿todas estas personas y sus guardianes, en el caso de menores, han accedido a que su imagen sea compartida de manera pública? Los papás tienen derecho a saber quién puede ver y comentar sobre las fotos de sus hijos. Vivimos en un mundo extraño; nunca se sabe realmente qué intenciones puede tener alguien o en qué situación personal se encuentra algún integrante de la foto en grupo.
- Antes de compartir videos, piensa en las consecuencias
Si subes vídeos de tus niños a YouTube, tendrás que enfrentarte a trolls tarde o temprano. Estas personas examinan la página detenidamente y dejan comentarios de mal gusto sin importar lo dulce e inocente que sean las grabaciones. Si quieres fama en Internet, prepárate para enfrentarte al lado opuesto: comentarios desagradables. Además, si no quieres que tu hijo se convierta en meme, limita el acceso a tus vídeos.
- No comprometas la privacidad de tus hijos
Aunque tus hijos hagan monerías en la bañera, esto es algo que debería permanecer en la intimidad. Sólo porque sean niños no significa que debas exponer al mundo sus momentos y partes íntimas. Hay gente con muy malas intenciones en el mundo que paga por ver este tipo de fotos. Como adultos responsables, debemos preservar la privacidad de nuestros hijos.
Ahora que nuestra sociedad se ha trasladado en su mayor parte a Internet, hemos comprometido nuestra privacidad y hasta en ciertas ocasiones, perdido la humanidad que nos detenía a la hora de decir ciertas cosas desagradables que tal vez no diríamos en persona.
“Lo padres son los responsables de lo que ocurre en la vida digital de sus hijos y deben tomar las medidas necesarias para proteger a los menores de los peligros que asechan en el ciberespacio. Además, los adultos deben dar el ejemplo adoptando una conducta responsable a la hora de navegar en línea”, concluye Bestuzhev.