Por Luis Sáenz, Gerente General de Core de Perú
Hoy en día, el curioso fenómeno de la factura electrónica se ha potenciado en nuestro país. Una gran cantidad de empresas importantes optan por este tipo de servicio, cuyos beneficios son varios. Una factura electrónica, también llamada comprobante fiscal digital es un documento electrónico que cumple con los requisitos legales y reglamentariamente exigibles a las facturas tradicionales.
Las ventajas de este tipo de servicio son varias, ya sea para el usuario final como para el medio ambiente. Por un lado, tenemos a los usuarios, cuya utilización disminuye los tiempos de pago de los documentos. Además, disminuye las pérdidas de facturas, ya que éstas quedan registradas en línea, además de ordenar la gestión interna. Por su propia naturaleza, las facturas electrónicas pueden almacenarse, gestionarse e intercambiarse por medios electrónicos o digitales. Por otro lado, nuestro medio ambiente, al que tanto queremos cuidar, es también beneficiado gracias al ahorro ecológico del papel en grandes magnitudes.
Incorporarse a este sistema genera un efecto beneficioso acumulativo, que facilita crear nuevas formas de administrar, no sólo respecto de los documentos tributarios, sino impulsando mejoras continúas con impacto en los resultados y logrando mayores grados de eficiencia sin requerir de ninguna infraestructura extra.
Se diferencia de la factura en papel, por la forma de gestión informática y el envío mediante un sistema de comunicaciones que permiten garantizar la integridad del documento electrónico.
La factura electrónica permite que instituciones, empresas y profesionales dejen atrás las facturas en papel y las reemplacen por la versión electrónica. Tiene exactamente la misma validez y funcionalidad tributaria que la factura tradicional en papel.
Este servicio finalmente, viene a ser una oportunidad en la información, tanto en la recepción como en el envío, ahorro en el gasto de papelería, facilidad en los procesos de auditoría, mayor seguridad en el resguardo de los documentos, menor probabilidad de falsificación, agilidad en la localización de información, eliminación de espacios para almacenar documentos históricos, procesos administrativos más rápidos y eficientes, reducción de costes, mejora de la eficiencia, aumento de la seguridad documental, reducción en tiempos de gestión y mayor agilidad en la toma de decisiones.
Una vez que las empresas empiecen a operar con esta tecnología, se verán incentivadas a incrementar la colaboración electrónica, intercambiando otros documentos con sus socios de negocios, logrando eficiencia y ahorro en otras áreas de la empresa.