Hub Norte de América Latina, TOTVS
Normalmente, cuando pensamos en globalización nos vienen a la mente imágenes de grandes corporaciones, con sus ejecutivos de traje realizando juntas virtuales con pantallas en lugar de personas reales. O bien, grandes navíos cargados con contenedores llevando mercancía de un país a otro. Es decir, normalmente pensamos en imágenes distantes a la realidad de las Pymes.
Pero la globalización también está en pequeñas empresas que realizan negocios con otros países, otras culturas, otras geografías. El gran reto está en conocer esos nuevos mercados y armar sus estrategias consistentes y realistas para entregar excelentes productos y servicios, diferenciados y personalizados, para esos nuevos clientes.
Para sobrevivir, una Pyme debe observar el mercado en donde está; estar al pendiente de lo que está pasando en otros países y también con grandes empresas, principalmente con las empresas con las que tiene alguna relación comercial. Saber identificar cuáles de esos acontecimientos pueden afectar su vida empresarial es la parte más complicada.
Las empresas tienen que cambiar y asimilar los nuevos desafíos que la globalización impone. Las Pymes tienen que ser ágiles y tener la capacidad de cambiar, reinventarse, cambiar el modelo que se entrega al mercado. Deben modificar sus estrategias locales y verlas de forma más amplia, a través de una perspectiva global.
No es fácil identificar qué perjuicios puede traer una recesión en Estados Unidos, un cambio de política comercial en China o un bloqueo a importaciones determinado por la presidenta de Argentina. Pero eso tiene que ser una actividad constante del gestor, del emprendedor para que así, paulatinamente, la visión del negocio dentro del mercado global sea más palpable, más sencilla.
No tener esa visión estratégica seguramente hará con que la empresa no crezca, no participe de ese nuevo mundo. En casos mas extremos, puede incluso hacer que la empresa desaparezca del mercado, tragada por otras compañías (grandes o no) que supieron aprovechar el momento y tomaran parte o la totalidad del mercado de esa empresa que no supo asimilar la globalización.
Para evitarlo, lo primero es definir una estrategia de qué mercado se quiere buscar. Ser una empresa globalizada no es implementar lo que normalmente pensamos del tema sino definir muy bien a qué mercado se quiere llegar y hacerlo de forma eficiente, con calidad, agregando valor al cliente. Una analogía que hacemos en TOTVS para tratar nuestra fase de transformarnos en una referencia global es ser el “Barcelona Futbol Club” de las empresas de software. El “Barcelona” no compite en todos los torneos del mundo, pero en los que compite es referencia.
El éxito está en ser diferente de las otras empresas. Eso no significa luchar contra la estandarización que fue la palanca del crecimiento y mejora de calidad para muchas empresas en los últimos años. Es importante saber hablar el idioma del cliente, lo que conseguimos a través de la segmentación.
Una empresa globalizada debe estar presente en los medios. La forma más rápida hoy es estar presente en la Internet. Es fundamental tener un portal completo, que presente de forma profesional a nuestra empresa, sus productos, servicios y características. Eventualmente, ya integrado con algún software de e-Commerce. También para garantizar presencia en el mundo digital es importante pensar en crear perfiles en una o más redes sociales de grande uso, como Twitter o Facebook.
Podemos concluir que una empresa globalizada hoy en día es una empresa con visión estratégica, que tiene la capacidad de hacer negocios y establecer relaciones a lo largo y ancho del mundo, sin importar culturas o idiomas, utiliza de manera eficiente y completa las tecnologías disponibles (tanto de software para administración, como comunicaciones y presencia en el mundo virtual), valora la calidad del capital humano y lo gestiona de forma eficiente y completa. Y aún más, trabaja mucho para seguir presente y creciendo frente a los constantes cambios en el mercado.