No olvides darle a tu rostro el cuidado especial que se merece, y muy pronto veras la diferencia. Tu piel no sólo te lo agradecerá sino que te sentirás aún más bella y saludable.
PASO 1: Limpia
La limpieza debe realizarse tanto en las mañanas como en las noches. En las mañanas para remover las células muertas y por las noches para retirar las impurezas acumuladas en el transcurso del día, así como el maquillaje.
Asegúrate que estos productos de limpieza contengan los agentes adecuados para cada tipo de piel como: humectantes, emolientes naturales y desinflamatorios.
PASO 2: Tonifica
La tonificación reduce visiblemente los poros y refresca tu piel luego de haber realizado la limpieza facial. Esto te ayudará a preparar tu piel para recibir adecuadamente el paso siguiente.
PASO 3: Hidrata
La crema hidratante debe emplearse durante el día para que tu piel mantenga los niveles óptimos de hidratación y resista mejor el impacto ambiental. Así mismo, protegerá tu rostro de los rayos UVA y UVB.
A través de este paso tendremos una piel equilibrada evitando la tirantez, enrojecimiento, resequedad y/o exceso de grasa. Aplícala en el rostro a través de un suave masaje circular ascendente